Al igual que en películas recientes de tan contundente título como Capote o Lincoln, Hitchcock no es un biopic que englobe toda la vida del director británico, sino que se centra en un momento muy específico de la misma, en concreto los entresijos del rodaje de Psicosis en 1959. Es más, el filme también se podría haber titulado Alma, ya que habla tanto del cineasta como de su esposa y guionista, Alma Reville, interpretada por Helen Mirren. La historia –basada en un libro de Stephen Rebello (Alfred Hithcock And The Making Of Psycho)- se centra fundamentalmente en el conflicto acaecido en el seno del matrimonio por un problema mutuo de celos: Hitch no dejaba de tirar los tejos a las actrices de sus películas mientras que Reville tenía un amago de affaire con su amigo Whitfield Cook, con quien comenzaba a escribir un guión a medias. Al final, y siguiendo aquella máxima de “detrás de un gran hombre siempre hay una gran mujer”, todo se convierte en una reivindicación de la figura de Alma como pieza fundamental en el éxito de Hitchcock. Así veremos, por ejemplo, cómo algunas de las ideas más afortunadas de Psicosis provenían de ella.
El encargado de adaptar el libro y llevarlo a la pantalla ha sido Sacha Gervasi, otro británico de currículo peculiar: fue batería del grupo grunge Bush, firmó el guión de La terminal para Steven Spielberg y debutó en la dirección con Anvil, uno de los mejores documentales musicales de la historia. Éste es su primer largometraje de ficción y en él juega muy bien con las convenciones del biopic de Hollywood al tiempo que las subvierte ligeramente. No sólo por colocar a Hitchcock en un relativo segundo plano con respecto a su esposa, sino por ofrecer de él una imagen iconoclasta y bastante irónica: no vemos tanto a la persona real como al personaje, el sujeto de leyenda caracterizado por su muy británico humor negro, el sátiro que se obsesionaba y maltrataba a sus actrices y también un tipo tan caprichoso y egoísta como rebosante de chispa y genialidad. Gervasi se permite licencias como sus guiños a la serie de televisión Alfred Hitchcock presenta o el establecimiento de una relación ficticia entre el director y el asesino Ed Gein, personaje real que inspiró la figura de Norman Bates.
Anthony Hopkins, encarna a Hitch con un impactante naturalismo (es imprescindible observar su forma de hablar en la versión original) que contrasta con una caracterización más bien chapucera y el peor maquillaje desde el visto en J. Edgar de Clint Eastwood. Por momentos –y supongo que esto se potenciará en la versión doblada- parecemos estar asistiendo a un Celebrities de Muchachada Nui. A cambio, los momentos en que Hopkins y la gran Helen Mirren comparten pantalla son una verdadera gozada, con diálogos flemáticos en la tradición de la mejor comedia británica. Junto a ellos, un elenco de secundarios más o menos convincente: Danny Huston cumple muy bien su función de figura amable pero perturbadora como Whitfield Cook, James D’Arcy es un Anthony Perkins apocado, Jessica Biel no pega como Vera Miles y Scarlett Johansson seduce encarnando a Janet Leigh y haciéndonos fantasear con que, si Hitchcock estuviera vivo, seguramente la elegiría a ella como una de sus rubias fetiche. Sea uno fan o no del maestro del suspense, el Hitchcock de Sacha Gervasi garantiza 100 minutos de diversión.
+ info
Título: Hitchcock
Director: Sacha Gervasi
Género: Biopic
Reparto: Anthony Hopkins, Helen Mirren, Scarlett Johansson, Danny Huston, Toni Collette, Michael Wincott, Jessica Biel, James D' Arcy y Ralph Macchio
Guión: John J. McLaughlin, basado en el libro de Stephen Rebello.
Fotografía: Jeff Cronenweth
Música: Danny Elfman
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