“Con nuestro trabajo amamos idealizar pero también hablamos de la muerte, del misterio y de lo extraño de la vida. Hay tanta violencia como dulzura en nuestras imágenes”
El mundo onírico y kitsch de los artistas Pierre et Gilles, famosos por sus retratos de primeras figuras del mundo de la moda y del espectáculo. Pierre & Gilles, son sin lugar a ninguna duda dos pilares de la estética gay de los últimos años, su obra es ampliamente conocida y difundida.
Antes de conocerse, Pierre hacía fotos en blanco y negro y Gilles pintaba en color. Pierre se había trasladado a París, donde empezó a trabajar como fotógrafo para algunas revistas de moda y música, en 1973. Aquel mismo año Gilles había entrado en la Academia de Bellas Artes cuando aún no era ni un adolescente. Pronto empezaría a trabajar en el mundo de la publicidad. La primera colaboración de ambos se editaría en 1977 en la revista Façade.
En 1974, Pierre llega a París tenía 24 años y había estudiado fotografía en Ginebra. Ese mismo día, Gilles se fue de Le Havre y se instaló en la capital empleándose como pintor e ilustrador. A partir de este momento pasarían dos años hasta que un amigo en común los presentó en otoño de 1976, en la inauguración de una tienda Kenzo.
Pierre solía fotografiar a sus amigos, normalmente efebos y angelotes, rodeados de colores muy vivos. Como los colores no terminaban de obtener la intensidad que esperaba, se le ocurrió que Gilles pintara encima. El resultado les ha llevado a recibir la etiqueta de "arte kitsch", algo que no parece desagradarles en absoluto.
"Fue un flechazo, y luego acabamos trabajando en la misma revista, Façade, durante cinco años. Pierre hacía las fotos de portada, y yo, las ilustraciones".
Su primera serie a dúo, Grimaces (muecas), data de 1977, y poco después firmaron la imagen que dio a conocer su estilo: un desquiciado retrato de Iggy Pop.
Tras este primer trabajo, Pierre y Gilles ya no pararían durante los años siguientes. Flyers para los desfiles de moda de Thierry Mugler, colaboraciones para revistas como 'Marie Claire' o 'PlayBoy' y portadas de discos para Etienne Daho, Amanda Lear o Marie France fueron algunos de sus primeros trabajos.
Después de realizar su primera sesión de fotos exteriores en Sri-Lanka y las Islas Maldivas, Pierre y Gilles expusieron sus obras en el recién inaugurado Centro Cultural Pompidou de París. Los 80 también dejaron la primera retrospectiva de su obra en Japón, su primer videoclip y nuevas colaboraciones con Erasure, Marc Almond o Nina Hagen.
"Somos artesanos. Nuestra creación, en todos sus niveles y momentos, es un trabajo manual. Los decorados los construimos nosotros, los marcos están hechos a mano y el retoque se hace pincelada a pincelada", explica Pierre.
Entre ambos conseguirán el perfecto maridaje, Pierre fotografía y Gilles hace los retoques, creando un mundo de colores saturados y escenografías kitsch.
Poseedores de una personalísima iconografía colorista inspirada en las imágenes pop, la mitología, la religión, el erotismo o la estética oriental. Sus retratos --todos ellos piezas únicas realizadas en decorados reales y en las que, según los artistas, no intervienen imágenes por computadora-- figuran músicos internacionales.
Pierre et Gilles ponen mucho sentido del humor e ironía en sus retratos. Madonna, por ejemplo, aparece como una geisha celestial y Deneuve, vestida de princesa blanca al estilo Sissí. Pero los fotógrafos favoritos del modisto Jean-Paul Gaultier --no en vano la iconografía marinera es una de sus principales fuentes de inspiración-- han querido que la muestra retrospectiva no se limitara al lado más people de su trabajo.
Su obra se consagra en buena parte a los retratos --realizados mayormente con modelos anónimos-- basados en la mitología antigua y en la historia religiosa (San Sebastián, San Agustín, Buda, diversas interpretaciones de la Virgen María). El aspecto más erótico y transgresor de la obra de Pierre et Gilles aparece a menudo en estos temas, aunque ellos mismos admiten que si esas imágenes pueden resultar ofensivas no hacen de ello una causa. "Cada país tiene sus tabús y el artista tiene unos límites que no debe traspasar, por lo que en los países donde algo puede resultar ofensivo lo evitamos", reconoce Pierre.
Los últimos autorretratos representan la figura del mandatario político, uno (Gilles) en uniforme militar y mirada vacía y el otro (Pierre) en actitud intelectual y mirada imperativa, muy familiar para los franceses. "Las acabamos coincidiendo con la investidura de Sarkozy", puntualizan, por si alguien no había establecido la relación.
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